fecha 12/02/2013 at 21:27
Berlín.- Heinrich Boere, quien asesinó a civiles holandeses como miembro de la SS nazis durante la Segunda
Guerra Mundial y evadió a la justicia durante seis décadas, murió en la cárcel donde purgaba cadena perpetua, informaron funcionarios judiciales alemanes.
Lejos de sentir algún remordimiento, Boere dijo que le enorgullecía haber sido voluntario de las SS y que eran otros tiempos.
Boere murió a los 92 años el domingo de causas naturales en el hospital penitenciario de Froendenberg, donde
recibía tratamiento por demencia, dijo el vocero del ministerio de Justicia de Renania del Norte-Westfalia, Detlef Feige.
Boere figuraba en la lista del Centro Simon Wiesenthal de los criminales de guerra nazis más buscados. Fue arrestado y condenado en Alemania
en 2010 por tres asesinatos.
Durante el juicio de seis meses en Aquisgrán, Boere confesó que mató a tres civiles como miembro de la unidad
"Silbertanne", integrada en parte por voluntarios holandeses con la misión de matar a compatriotas considerados antinazistas.
Sentado en silla de ruedas durante el juicio, habló muy poco, pero dijo en una declaración escrita que obedecía órdenes.
"Como soldado raso, aprendí a cumplir órdenes", declaró. "Sabía que si no ejecutaba mis órdenes, violaba mi juramento y sería fusilado".
Libró la pena de muerte
Pero el juez sostuvo que no había pruebas de que Boere intentara cuestionar sus órdenes. Comparó los asesinatos
con las ejecuciones mafiosas, ya que Boere y sus cómplices, vestidos de civil, sorprendían a sus víctimas en el
hogar o en el lugar de trabajo durante la noche o la madrugada.
Lejos de sentir algún remordimiento, Boere dijo que le enorgullecía haber sido voluntario de las SS y que eran otros tiempos.
Después de la guerra, Boere escapó del campo de prisioneros de guerra y regresó a Alemania. Holanda lo condenó a
muerte en 1949 —sentencia conmutada a prisión perpetua-, pero Alemania se negó a extraditarlo.
Una corte en Aquisgrán falló en 2007 que Boere podía cumplir su condena holandesa en Alemania, pero un tribunal
de apelaciones derogó el fallo, señalando que la condena de 1949 era inválida porque el nazi no estuvo presente para defenderse.
Después de esa apelación, un fiscal en Dortmund reabrió el caso a partir de cero y obtuvo la condena de Boere
por los tres asesinatos.